La Ruta del Vino y del Singani de Altura conecta los valles interandinos de Tarija Chuquisaca (cañón de los Cintis) y Potosí (Valle de Cotagaita y Vitichi), donde se ha desarrollado una oferta turística centrada en la producción vitivinícola y la gastronomía “Ruta de Aromas y Sabores. La historia de la adaptación de cepas ibéricas de vid en los valles interandinos data de más de 400 años, cuando los colonizadores españoles residentes en Potosí y Sucre logran sustituir la compra y transporte de vino desde España, gracias a la producción regional de este producto esencial para el uso en iglesias y palacios. Es así que los vinos y singanis (destilado de uva de altura en la cadena de valles al sur del país abarcan rangos altitudinales de entre 1500 y 3000 m.s.n.my son únicos en el mundo.

La ruta de aromas y sabores; las uvas, los quesos, los jamones, las ciruelas, los duraznos (melocotones), los higos y las hortalizas forman parte de la culinaria Ibérica o mediterránea, dadas las similares condiciones semiáridas y de alta insolación de los valles Interandinos de Bolivia. Ese entorno del destino de vinos y singanis (plantaciones, bodegas y restauración) cuenta con óptimas condiciones de conectividad terrestre y aérea; así como con una oferta de servicios turísticos de calidad, en las modalidades de turismo cultural. Religioso, etnoturismo, de recreación y descanso, gracias al agradable clima templado, pero sobre todo al humor, la alegría y la calidez de su población.

El destino contiene un patrimonio cultural intangible diverso y auténtico; en el valle de Tarija (sobre el rio Guadalquivir) la cultura Chapaca o andaluza adaptada de la región sur de España mantiene costumbres y tradiciones culturales, idiomáticas y religiosas muy particulares. En los valles de Chuquisaca y Potosí están asentadas la interesantísima Nación Indígena Quechua. El patrimonio cultural tangible del destino está representado por los caminos del inca (parte del Qhapac Nan) que ingresan a los valles desde los caminos troncales del altiplano, que articulan una serie de complejos arqueológicos en toda la ruta.

El destino posee un patrimonio natural diverso que incorpora las punas y altiplanos alto andinos, preservados en la Reserva Biológica Cordillera de Sama, que desembocan en los valles antes descritos y se conectan con la región de los yungas en las laderas Orientales de los Andes (Bermejo y Entre Ríos), cuya biodiversidad es rica y bien conservada en régimen de gestión del Parque Natural y Manejo de Área de Manejo Integrado Tariquía. A todo esto, se suma un inmenso patrimonio de la historia natural propio de los importantes yacimientos paleontológicos del valle central de Tarija.